Si estás pensando en cocinar un rico platillo y tu receta lleva aceite de coco, ¡espera! A pesar de que se le conoce como un superfood o alimento milagroso, su consumo puede ocasionar más problemas a tu salud a largo plazo, en comparación con otros aceites que, al ser consumidos por más tiempo, te traen más beneficios.
Sabemos que hay infinidad de recetas que involucran el aceite de coco y sus beneficios para la salud. Desde su uso con fines cosméticos hasta su utilización como aceite para cocinar. Pero a diferencia de utilizar otros aceites vegetales para cocinar, el aceite de coco no es del todo buena idea para integrarlo a tu recetario de cocina.
Así como nos preocupamos por lo que comemos —vegetales, cereales, carbohidratos, proteínas y otros alimentos— es muy importante que nos ocupemos también de cómo cocinamos y qué tipo de aceite usar que sea bueno para nuestro organismo. Si quieres saber por qué, ¡sigue leyendo!
¿Cómo se compone el aceite de coco?
Como mencionamos antes, el aceite de coco como producto cosmético es muy buen ingrediente. Gracias a que su alto porcentaje de grasa humecta la piel y cabello a profundidad. Por eso se le ve en cremas faciales, cremas corporales, bálsamo para labios o como ingrediente en shampoos, jabones, espumas y otros productos cosméticos.
El aceite de coco es un producto natural que se conforma en un 90% de grasas saturadas de baja densidad y que al ser consumido y pasar por el proceso de digestión se convierte en triglicéridos, para ser utilizados como energía y acelerar el metabolismo —aunque cabe destacar que esta última afirmación, no tiene fundamentos científicos sólidos.
Sin embargo, su composición como grasa saturada y de baja densidad o LDL, no garantiza que tu organismo se vea favorecido por su ingestión y podría convertirse en grasa trans o colesterol “malo”. Para entenderlo mejor, veamos qué son los triglicéridos y el colesterol de baja densidad.
¿Qué son los triglicéridos?
Los triglicéridos son un tipo de grasa, la más común en el cuerpo humano. Los obtenemos también de alimentos como la mantequilla, otros aceites y otras grasas.
Estos a su vez, se convierten en las calorías que el cuerpo consume, pero no utiliza de inmediato y cuando tu cuerpo requiere de energía, se liberan como triglicéridos en el torrente sanguíneo.
¿Qué es una grasa de baja densidad o LDL?
Las grasas de baja densidad o LDL (por sus siglas en inglés Low Density Lipids) como el aceite de coco, son aquellas que al ser saturadas son más “estables” y su estado no cambia al oxidarse —o cocinarse— a bajas temperaturas.
Por este motivo, tienden a ser sólidas y no asimilarse por completo al ser ingeridas y, por ende, suben el nivel de colesterol de baja densidad incrementando el riesgo de tapones en venas y arterias.
¿Por qué dicen que el aceite de coco es bueno?
Como te contamos, el fenómeno que se desencadena en tu cuerpo al consumir grasas y que se convierten en triglicéridos, fue lo que llevó a la afirmación de que cocinar con aceite de coco ayudaba incluso a bajar de peso.
Esto se debe que como cualquier otro alimento graso, se asimila como triglicéridos en el torrente sanguíneo y aceleran el metabolismo cuando tu cuerpo necesita energía. Al día de hoy, no hay evidencia científica que respalde que su consumo como un alimento que sea benéfico para tu salud.
La grasa cumple la función de ser fuente de energía para nuestro organismo, y en general se recomienda reducir la ingesta calórica de grasas y cambiar el consumo de las saturadas (aceite de coco) por las insaturadas (aceite de cártamo).
En nuestro país se ha recomendado que la ingesta de grasa no exceda el 27% de las calorías totales para prevenir el aumento de peso. Así, una sola cucharada de aceite de coco tiene 6 veces más las calorías recomendadas para consumo.
Incluso en diversas comunidades médicas opinan que los triglicéridos de clase media o “LDL” deben eliminarse de la dieta, ya que en alimentos procesados se convierten en grasas saturadas difíciles de asimilar por el cuerpo humano y que en lugar de mostrar beneficios, pueden resultar contraproducentes para la salud cardiovascular.
De forma más concreta, te dejamos algunos “contras” de cocinar con aceite de coco:
Desventajas de cocinar con aceite de coco
- Es alto en calorías;
- Su uso prolongado provoca sobrepeso;
- Puede ocasionar taponamiento en arterias:
- No se digiere fácilmente;
- No se recomienda su uso en frituras debido a su bajo punto de ebullición.
Entonces, ¿con qué aceite cocino?
El aceite de cártamo proviene de una semilla de origen 100% natural y es una excelente opción, ya que, por sus beneficios para la salud, se ha utilizado durante muchos años. Gracias a su proceso de producción a través de una prensa de semillas de cártamo, se genera en dos tipos: poliinsaturado que beneficia al sistema cardiovascular, y monoinsaturado que es más estable en su estado.
Así, el aceite de cártamo puede darte distintos beneficios como:
- Mejorar el sistema cardiovascular y el sistema inmunológico;
- Reducir el colesterol malo en sangre;
- Ayudar con la presión sanguínea;
- Aportar gran cantidad de vitamina E, que es un antioxidante;
- Equilibrar los niveles de colesterol;
- Contribuir con el correcto funcionamiento del cerebro.
- Prevenir el envejecimiento;
- Bajar de peso;
- Balance perfecto de omegas 9, 6 y 3.
¿Cómo utilizo el aceite de cártamo?
Por su composición, utilizarlo en recetas es muy sencillo. Es un aceite versátil, ya que tiene olor y sabor neutro lo que no afectará el sabor de nuestros platillos, pero les brindará la consistencia que buscas. Puedes consumirlo en ensaladas o utilizarlo para freír, ya que resiste altas temperaturas —hasta 240º— sin quemarse y sin perder sus propiedades.
¡Inclúyelo en tus recetas para platillos fríos o calientes! Cocinar con aceite de cártamo es la opción que buscas si lo que quieres es comer rico y mantenerte saludable.
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