A lo largo de nuestra vida adquirimos costumbres alimenticias que muchas veces las llevamos muy arraigadas. Pueden ser hábitos buenos o malos y justamente son estos últimos con los que debemos tener cuidado. Aunque hayan sido aprendidos desde la niñez, ¡no significa que sea tarde para cambiarlos! Por este motivo, es imperante que conozcas 5 buenos hábitos alimenticios.
Estos deben ser acompañados de una dieta nutritiva, equilibrada y variada. Además, si los juntamos con la práctica de ejercicios físicos, tenemos la fórmula perfecta para mantenernos saludables.
Es así como le damos entrada a nuestro punto principal. A continuación, encontrarás 5 hábitos alimenticios que debes poner en práctica. ¡Continuemos!
1. Mantener una dieta sana
A lo largo del día debemos distribuir nuestra comida en 5 tiempos:
I. Desayuno
Desde pequeños hemos escuchado que nos dicen: “el desayuno es la comida más importante del día”, y es una gran verdad.
El desayuno es la comida con la que encendemos los motores y es la que nos dará las energías suficientes para todas nuestras actividades matutinas y para el resto de la jornada. Entre sus beneficios encontramos:
- Asegurar la ingesta correcta de nutrientes;
- Regular nuestro peso al evitar que picoteemos comidas con altos contenidos de grasas trans o saturadas para “engañar” al estómago y tener falsas energías;
- Mejorar nuestro rendimiento físico, mental y emocional.
Un buen desayuno debe incluir carbohidratos, proteínas y frutas ¡Con esto iniciamos con el pie derecho!
II. Media mañana
Se recomienda una pequeña porción a media mañana para tener fuerzas y esperar el almuerzo; que es la comida fuerte siguiente. Podemos comer una fruta, yogur o un bocadillo.
III. Almuerzo
Esta es la segunda comida más importante, por su volumen y la cantidad de energías que le da al cuerpo. Generalmente puede ser: un plato de pasta, arroz, o verduras junto a una porción de carne, pollo, pescado o huevo y, si lo deseas, puedes consumir un postre a elección.
IV. Merienda
Esta es la media tarde, podemos tomar un zumo, batido, galletas, un bocadillo o frutas.
V. Cena
¡No nos acostemos sin cenar! La cena es parecida al almuerzo, solo que un poco más ligera. Podemos comernos una tortilla, un pedacito de pescado o pollo. “¿Y qué hago si tengo más hambre?”. Bueno, un vasito de leche te ayudará.
Es fundamental que cenemos al menos 1 o 2 horas antes de acostarnos, de esta forma, nuestro cuerpo hará la digestión mientras estamos despiertos y nos facilitará relajarnos y dormir.
2. Comer despacio y masticar bien la comida
Evitar comer rápido nos brinda múltiples beneficios para nuestra salud, más allá de disfrutar nuestro plato, percibir mejor los sabores y relajarnos. Comer despacio implica realizar una comida en un mínimo de 20 minutos. Esto nos ayudará a:
- Adelgazar o prevenir el aumento de peso;
- Controlar las cantidades que consumimos;
- Favorece el proceso digestivo;
- Prevenir molestias estomacales.
Además, nos hará disfrutar aún más del acto de comer, sin prisa y saboreando los alimentos con todos los sentidos.
3. Controlemos las porciones de cada comida
Este es uno de los buenos hábitos alimenticios fundamentales en cada una de las 5 ingestas a lo largo del día. Se trata de manejar las cantidades de comida que consumimos, lo cual, nos permite definir las cantidades de nutrientes, grasas y energía en cada porción.
Todo va a depender de nuestra característica como consumidor (edad, contextura, género). Te preguntarás, ¿cómo puedo dividir cada porción? Debes tomar en cuenta:
- Aporte nutricional de cada alimento;
- Los rasgos distintivos de cada consumidor a quien va dirigido, como, por ejemplo, niños o adultos, personas sanas o enfermas, etcétera;
- El hábito de consumo de ese producto;
- Grupo alimenticio al cual pertenece.
Todo en exceso es malo, ya sea para mucho o para poco. ¡Comamos lo justo y necesario!
4. ¡Tomemos agua!
El agua es imprescindible para el organismo y el desenvolvimiento óptimo de todas sus funciones. Esto se debe a que cada célula de nuestro cuerpo la necesita para poder operar adecuadamente.
La Secretaría de Salud mexicana, bajo la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, destaca que este líquido es vital debido a todos los beneficios que se encuentran en su consumo.
Entonces, si aún te quedan dudas aquí te detallamos algunos de los motivos:
- Ayuda a mantener constante la temperatura corporal;
- Fomenta una buena digestión;
- Hace posible la transportación de nutrientes a las células;
- A través de la transpiración, orina y evacuaciones intestinales, elimina los desechos del cuerpo;
- Contribuye en la lubricación de las articulaciones y protege los tejidos sensibles.
Ahora bien, ¿cuánta agua debemos tomar? Ten en consideración:
- Generalmente, un adulto debe tomar mínimo de 2 a 3 litros de agua diaria.
- Si te mantienes mucho tiempo expuesto bajo el sol o haciendo actividades físicas —al aire libre o no—, hay que tomar un extra de agua para calmar la sed.
- Si consumes agua con las 5 o 4 comidas al día, vas a obtener alrededor de 1 litro, por lo tanto, habría que ingerir lo restante.
Hay que aumentar el consumo de agua en verano debido a que transpiramos mucho más. ¡Lleva una botellita de agua en el bolso a donde vayas!
5. No abusemos de las comidas fritas y embutidos
Las frituras y embutidos son alimentos con altos niveles calóricos y de grasas saturadas, por ende, aumentan el riesgo de causar sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Algunos de los embutidos más frecuentes que debes evitar son: chorizos, salchichas, fiambres, etcétera.
En términos de fritura, no obstante, existe un método para que su consumo no afecte en mayor medida a nuestra salud, de hecho, podría ayudarla aportando nutrientes importantes como:
- Omega 9, 6 y 3;
- Ácidos grasos monoinsaturados —grasas buenas—;
- Equilibrio en los niveles de colesterol.
Pero ¿cómo? La respuesta: utilizar aceites naturales con buena resistencia a las altas temperaturas como, por ejemplo, el aceite de cártamo. Este es un aceite excelente y nutritivo, sus propiedades permanecen intactas hasta los 240 °C.
Los aceites de origen vegetal de calidad no contienen colesterol y son más saludables. ¡Recuérdalo!
¡Escríbenos tus impresiones en nuestra casilla de comentarios!
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