Tener una piel sana no se reduce únicamente a utilizar productos de belleza adecuados que, en algunos casos, solo brindan una apariencia saludable y una solución momentánea.
La contaminación en el aire, los rayos del sol y otros factores como la alimentación, son aspectos a considerar si has notado que tu piel no se ve saludable.
Por eso, en este artículo te contamos los mejores consejos que te ayudarán a tener una piel sana, desde adentro hacia afuera. ¡Sigue leyendo!
¿Por qué es importante cuidar tu piel?
La piel es el órgano más grande del cuerpo y su principal función es la de protegernos de agentes externos que puedan dañarnos y enfermarnos.
Generalmente, el cuidado de la piel pasa a ser secundario con respecto a otros órganos también vitales como el corazón, los pulmones o el hígado; sin embargo, la piel puede padecer enfermedades como acné, eczema, urticaria e incluso cáncer.
¿Cómo tener una piel sana?
Ahora que conocemos por qué vale la pena cuidar nuestra piel, es hora de hablar sobre cómo podemos protegerla. ¡Aquí te van algunos tips!
1. Mantente hidratado
Beber agua siempre es importante para tu bienestar y, entre sus beneficios, se encuentra tener una piel sana.
Su ingesta diaria nos aporta la recuperación del agua que perdemos a lo largo del día. Además, contribuye con la capacidad de respuesta de nuestro organismo y mente, y ayuda a otras funciones vitales como promover la digestión, el descanso y la recuperación física.
Conforme avanza el verano y el calor sube, nuestro cuerpo suda y ese sudor es agua que tu cuerpo pierde. Por eso, mantenerte hidratado ayuda a fortalecer los mecanismos de defensa de tu piel, mantener una buena circulación y a regular tu temperatura corporal.
2. Ejercítate
Con el tiempo y la edad, tu piel pierde elasticidad y tonificación. Por suerte, incluir actividades físicas o rutinas de ejercicio de forma regular te brindará diversos beneficios, entre ellos, recuperar la elasticidad y tonificación perdidas.
Además, realizar ejercicio regularmente ayuda a:
- Incrementar el flujo sanguíneo hacia la piel, lo que promueve la correcta oxigenación de esta;
- La absorción de vitaminas y nutrientes esenciales para mantener una piel sana.
Toma en consideración aquellos ejercicios que se adapten a tus objetivos y se acomoden a tu estilo de vida. No olvides que hay numerosas rutinas que se pueden hacer en casa si no tienes tiempo de ir al gimnasio.
3. Limpia tu piel
Elige el producto de limpieza idóneo para el cuidado de tu tipo de piel.
Los geles, jabones y espumas para limpiarla van desde los que son de tipo cosméticos hasta los de grado dermatológico.
Si no presentas algún problema o enfermedad de la piel grave, únicamente será cuestión de que elijas el que te ofrezca la mejor solución. En caso contrario, es recomendable siempre acudir con un dermatólogo que te pueda asesorar adecuadamente.
4. Cepillado en seco
Así es, se ha demostrado que cepillar tu piel en seco mejora la circulación, la energía y estimula el sistema linfático para deshacerse de las toxinas. Además, eliminas las células de piel muerta que dan la apariencia de piel seca.
¿Cómo hacerlo?
Primero, para el cepillado en seco, se recomienda elegir un cepillo de cerdas vegetales firmes y con el mango largo que te permita alcanzar las zonas más alejadas de tu cuerpo —como la espalda— y, si estás empezando, utiliza un cepillo con cerdas de firmeza media.
Luego, sigue los siguientes pasos:
- Utiliza este cepillo solo en tu cuerpo, no en tu rostro. La dirección en la que cepilles cada parte de tu cuerpo, depende de la zona; sin embargo, comienza desde tus pies y avanza hacia arriba, en dirección al corazón.
- Hazlo de forma suave, sin aplicar presión para evitar que lastimes tu piel en lugar de beneficiarla.
- Cepíllate en la regadera antes de ducharte, después báñate como de costumbre y recuerda aplicar tu crema corporal.
- Limpia tu cepillo una vez a la semana con agua tibia y jabón corporal suave, déjalo secar por completo al sol en un área ventilada antes de utilizarlo nuevamente.
Este cepillado en seco puedes hacerlo diariamente o día por medio.
5. Mantén tu piel hidratada
Según la edad y tu tipo de piel, habrá diversas necesidades que debas cubrir. Por eso, elige el producto específico para ti que, preferiblemente, tenga múltiples humectantes como los que contienen el germen de trigo, aloe vera, extractos de plantas y vitamina E.
La vitamina E, es particularmente necesaria para mantener la hidratación de tu piel y mantenerla sana, y lo mejor es que es sencilla de conseguir.
De hecho, la puedes encontrar en el aceite de cártamo alto mono insaturado. Para usarlo, solo debes incluirlo en tu rutina de hidratación al agregar una cucharada de este aceite a la crema corporal que usas después de bañarte, debido a que en ese momento tus poros están abiertos y absorben los nutrientes y beneficios fácilmente para darte una piel sana.
6. Cuida lo que comes
Los alimentos que ingieres se reflejan en tu piel. Si comes alimentos procesados y altos en grasas trans, podrás experimentar brotes de acné o exceso de grasa, convirtiéndose en un obstáculo más a librar en el camino para tener una piel sana.
Incluye en tu dieta alimentos que te aporten los nutrientes esenciales para una alimentación balanceada y sana que tenga proteínas, grasas buenas, carbohidratos, vegetales y frutas.
7. Exfolia la piel
Diversos estudios muestran que la piel se renueva cada 28 días, sin embargo conforme la edad avanza, este proceso se vuelve más lento, por lo que se recomienda hacer una exfoliación.
Si no se eliminan las células muertas, tu piel no se oxigena de forma adecuada, ni absorbe la humedad y nutrientes de forma adecuada.
Encuentra el producto perfecto para exfoliar tu piel y ayudarle en este proceso de renovación para lucir una piel sana y reluciente.
8. Utiliza protector solar
Uno de los mayores riesgos al exponerse de forma prolongada a los rayos del sol, es el de contraer cáncer de piel. Incluso, de acuerdo a las cifras estadísticas de The Skin Cancer Foundation, uno de cada tres cánceres diagnosticados en el mundo es un cáncer de piel.
Como recomendación, utiliza un protector solar que diga en su etiqueta “amplio espectro” —ya que te protegen contra los rayos UVA y UVB—, que sea resistente al agua y que su etiqueta sea mínimo de SPF30.
¡Cuéntanos! ¿Cuidas tu piel regularmente? ¿Conoces otros consejos para tener una piel sana? ¡Déjanos tus respuestas en la casilla de comentarios! ¡Nos encanta leerte!
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