La salud es un tema que nos debe interesar a todos, sobre todo porque con el ritmo de vida tan acelerado de la sociedad, es muy fácil descuidarnos. Por eso, aquí te compartiremos algunos consejos para que puedas crear hábitos que te ayuden a tener una vida saludable.
Lo primero que debes hacer es mentalizarte de que una vida saludable no es cosa de realizar unas cuantas actividades más, sino que es todo un estilo de vida. Para que esto funcione, necesitarás enfocarte en lo positivo y cambiar tus hábitos para el resto de tu vida.
¡No te asustes! Es más sencillo de lo que parece. Se trata de ser constante y no significa que debas lograrlo todo de un momento a otro. Por eso son hábitos: hay que desarrollarlos con el paso del tiempo. Ya verás que, cuando menos lo notes, estarás aplicando todos los consejos sin tanto esfuerzo.
¿Suena interesante verdad? ¡Sigue leyendo y descúbrelo!
¿Qué es una vida saludable?
Es muy probable que hayas escuchado hablar de este tema e, incluso, puede ser que ya formen parte de tu vida algunos de los hábitos que te compartiremos. La buena noticia es que empaparte de este conocimiento es muy positivo y beneficioso, y nunca estará de más seguir aprendiendo.
La vida saludable no se trata únicamente de la ausencia de enfermedades o de la correcta alimentación —que sin duda son aspectos necesarios e importantísimos—; este concepto va más allá de algo meramente físico, ya que también implica un aspecto emocional y mental, así como tu interacción con el entorno.
Esas son las razones por las que vale la pena cambiar tu rutina, y la buena noticia es que nunca es tarde para estar bien y construir un plan de vida saludable.
7 hábitos que te ayudarán a tener a una vida saludable
Esto que te vamos a decir no es lo único que puedes hacer, pero sin duda te dará un norte para encaminar tu vida de forma que te desprendas de lo que te afecta y puede causar mucho daño.
Recuerda algo importante, en la medida en que tú estés bien, lo demás podrá estar bien contigo, así que ¡toma nota de los consejos y aprovéchalos!
1. Haz ejercicio
Estar en movimiento, es bueno. De hecho cuando algo no se mueve decimos que está estancado, es decir, que no tiene libertad para continuar o que ha dejado de servir.
El ejercicio te ayudará a estar en movimiento, te permite activar el cuerpo, tener energía y generar un impulso constante para realizar todas las actividades del día.
Hacer ejercicio no se trata únicamente de tener una rutina de entrenamiento —aunque, sin duda, la creación de una rutina te ayuda a adquirir disciplina, constancia y fuerza, además de los beneficios que representa ejercitarte—, sino de estar comprometido con el ejercicio, incluso si tu horario solo te permite hacer ejercicio en casa.
Si de verdad no tienes tiempo para realizar rutinas armadas, entonces opta por actividades que le den a tu cuerpo esa actividad física como por ejemplo:
- Transportarte en bicicleta;
- Caminar;
- Utilizar escaleras;
- Estiramientos.
La actividad física ayudará a oxigenar tu cuerpo, permitiendo que estés más concentrado y atento a lo que hagas en el día. Además, refuerza el flujo sanguíneo y contribuye en la quema de toxinas y calorías, aumentando las defensas de tu cuerpo, lo que previene varias enfermedades.
Como aportación adicional, el ejercicio te deja estar en forma y puede incrementar el tiempo de vida de las personas. También reduce la fatiga que sentimos, mejora el proceso del metabolismo y agiliza la mente.
¿Cuanto ejercicio debes hacer?
El tiempo que se invierte en ejercitarse, así como el tipo de rutina, dependerá de varios factores como:
- Peso;
- Edad;
- Condición de salud;
- Recomendación médica.
Lo más recomendable es consultar con un especialista cuánto ejercicio y qué tipo de entrenamiento es el adecuado para ti, pero, si vas a comenzar o tu tiempo es limitado, 30 minutos de ejercicio al día pueden hacer la diferencia.
¿Qué pasa si no haces ejercicio?
La falta de actividad física puede tener como consecuencia el aumento de peso, la acumulación de estrés y la generación de enfermedades musculares, metabólicas o cardiovasculares.
2. Descansa
El descanso es clave para estar saludable y de hecho es uno de los aspectos en los que menos atención ponemos y más fallamos. Hay tantas ocupaciones durante el día, que descansar se transforma en un sinónimo de improductividad y pérdida de tiempo.
Es posible creer que solo con dormir por la noche es suficiente e, incluso, que saltarnos varias horas de sueño para realizar todas las actividades planeadas es una buena idea.
El problema de llevar una vida acelerada, con poco tiempo de descanso, se refleja con el paso del tiempo, con la aparición de enfermedades, deterioro temprano del cuerpo o —en casos extremos— una muerte prematura y repentina.
¿Descanso es igual a pérdida de tiempo?
Debemos desprendernos de la idea de que descansar es desperdiciar el tiempo. Todo lo contrario, si tenemos un descanso adecuado y le permitimos al cuerpo recuperar energía, seremos más productivos y mejorarán muchas funciones vitales.
¿Descansar es lo mismo que dormir?
Dormir es necesario, pero es solo una forma de descanso. Existen varias maneras de descansar, pues no solo acumulamos en el día cansancio físico, sino también mental.
¿Te ha pasado que aún después de dormir varias horas sientes que te sigue faltando energía? Esto se debe a que nuestro cerebro, que controla todas nuestras funciones, está saturado y no envía señales de descanso.
Tómate unos minutos para despejarte durante el día, intenta intercalar esos tiempos de relajación entre tus actividades. Puede ser difícil al inicio —pues todo lo que hacemos es importante y no queremos perder ni un minuto—, pero comienza por momentos específicos, por ejemplo, durante los horarios de comida.
¿Cuánto debes dormir?
Es durante el sueño cuando nuestro organismo se auto-repara, haciendo revisiones completas y cerciorándose de que estamos sanos.
Este proceso se realiza en 2 ciclos, con una duración de 4 horas cada ciclo. Por eso, el lapso de sueño debe ser de 8 horas, así daremos al cuerpo la oportunidad de mantenernos protegidos.
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3. Cultiva tu persona
Recuerda que una vida saludable, además de implicar cuestiones físicas, también se centra en cuestiones personales, laborales y sociales.
Vivir experiencias, adquirir nuevos conocimientos y relacionarte con los demás, además de estar en contacto con la naturaleza, son aspectos que deben tomarse en cuenta para vivir sanamente.
Existen diversos tipos de salud: física, mental, emocional, social, ambiental, entre muchas otras. Es importante destacarlo, porque es necesario desarrollar buenos hábitos en relación con estos temas y considerarlo como parte de una vida saludable.
Pero ¿qué puedes hacer para cultivar tu persona?
I. Aprende algo nuevo
Desde una clase, un curso o taller, hasta una carrera o certificación, puedes aprender de muchas maneras y sobre cualquier tema que elijas. Hoy existen muchas ventajas y facilidades para obtener conocimientos, además de que hay demasiadas opciones sin costo.
Ya sea que decidas conocer acerca de algo técnico, práctico, útil o que siempre has querido saber y despierta tu interés, aprender algo nuevo significa reinventarte, exigirte y mejorar.
II. Mantente informado
Lee noticias, involúcrate en temas de actualidad, participa en foros, asiste a conferencias y busca información sobre los temas en general. Estar informado te da un sentido de pertenencia en la sociedad, además de que te permite convivir con el exterior y conocer el entorno en el que vives.
III. Organiza actividades al aire libre
Estar en contacto con la naturaleza es muy sano, sobre todo cuando permitimos que nos llene de vitalidad y energía.
Ya sea una excursión, una caminata o una simple ida al parque, además de que implica actividad física y eso mantiene al cuerpo dinámico, te dejará desconectarte del ritmo cotidiano y te dará la oportunidad de convivir con los demás o conocer nuevas personas.
IV. Ten un hobby
Esto es parte de la recreación, pero también es parte de la identidad de la persona. Tener un gusto particular te puede hacer feliz y la felicidad te mantiene saludable. Estás bien contigo mismo y a la vez estas bien con los que te rodean.
Intenta incluir en tus tiempos de recreación algún juego o ejercicio mental, estos desarrollan la capacidad de atención y estimulan al cerebro para mejorar otras funciones.
4. Medita
La meditación te ayuda a tener un autoconocimiento, además de un encuentro espiritual. Se trata de lograr la sensación de tranquilidad, de paz y equilibrio en tu vida junto con todo tu alrededor.
Existen muchos tipos de meditación y técnicas que pueden utilizarse para alcanzar el estado que se desea, solo debes estar consciente de lo que haces y buscar un momento adecuado para meditar. Trata de que se den estas condiciones:
- Apartarte de todo y tener un momento para ti mismo;
- Eliminar distractores para que la meditación sea efectiva;
- Encontrar un lugar que te invite a meditar;
- Busca técnicas de respiración para estar relajado.
La meditación tiene muchos beneficios, entre los cuales destacan:
- Disminuir los efectos del estrés;
- Mejorar la memoria y funciones cognitivas;
- Transmitir pensamientos positivos;
- Mejorar las relaciones interpersonales.
Concentrarte en tus pensamientos y emociones es necesario si quieres una vida saludable. Esto influye directamente en tu salud física y emocional, así como en tu rendimiento como persona. Las emociones juegan un papel indispensable y saber manejarlas es parte de vivir sanamente, por eso te sugerimos que conozcas cómo tener una buena salud emocional.
5. Evita sustancias dañinas
Debemos ser conscientes respecto lo que ingerimos, ya que el cuerpo proyecta tanto lo bueno como lo malo, lo que hacemos y dejamos de hacer. Puede considerarse obvio el daño que causa el consumo de algunas sustancias, pero es necesario hablar de ello, pues es un paso importante para lograr la vida saludable.
¿Qué se entiende por sustancias dañinas?
También denominadas sustancias tóxicas o veneno, son aquellas que al penetrar en el organismo, producen efectos nocivos en la salud.
Hay muchas con las que estamos en contacto más de lo que percibimos o de manera consciente pasamos por alto el daño que realmente ocasionan.
El consumo del cigarro
El tabaco es una planta que contiene nicotina: Sustancia tóxica adictiva que causa daños graves a la salud.
Los cigarros se componen aproximadamente de 50% hojas de tabaco, 30% de tabaco reconstituido y 20% de tabaco expandido con dióxido de carbono. Adicionalmente pueden tener otros aditivos para cambiar el sabor o acelerar el efecto de la nicotina.
Algunos de los riesgos de salud que provoca son:
- Cáncer;
- Deficiencia pulmonar;
- Enfermedades cardiovasculares;
- Coágulos sanguíneos.
Fumar interfiere con el plan de vida saludable, ya que afecta la respiración, lo que dificulta el ejercicio.
El consumo del alcohol
La bebida alcohólica es aquella que en su composición está presente el etanol, con una concentración igual o mayor a 1% de su volumen. Existen bebidas fermentadas o destiladas.
- Fermentadas: Procedentes de frutas o cereales, que después de cierto proceso el azúcar que contienen se convierte en alcohol —vino o cerveza.
- Destiladas: Aquellas que eliminan mediante calor y destilación una parte del agua contenida en las bebidas fermentadas —tequila, whisky, ron o vodka.
El alcohol es una sustancia depresora del sistema nervioso central, es decir que hace más lenta la actividad cerebral, pudiendo causar algunas reacciones como:
- Relajación;
- Dificultad para hablar;
- Problemas de coordinación;
- Problemas de memoria;
- Intoxicación.
Ingerir estas bebidas no necesariamente es un problema, siempre que su consumo sea con moderación. Para evitar consecuencias negativas en una persona, deben tomarse en cuenta las siguientes condiciones:
- Edad;
- Peso;
- Condición de salud;
- Ingesta de alimentos;
- Cantidad de consumo;
- Estado físico;
- Rapidez de ingesta;
- Combinación con otras sustancias.
Lo ideal sería prescindir a estas bebidas, pero con un consumo responsable y en situaciones óptimas, podrían no existir problemas en la salud, ni afectar la vida saludable.
Grasas trans, alimentos procesados o cancerígenos
Las grasas trans son aquellas que surgen de un proceso industrial por medio del cual convierten aceites líquidos en grasa sólida. Esto es muy dañino para la salud, porque este tipo de grasas trae consigo problemas del corazón, diabetes y afectación directa al colesterol.
El problema es la falta de información y conocimiento de dónde se encuentran estas grasas y es que demasiados alimentos procesados son elaborados a base de este componente.
- Alimentos congelados;
- Productos fritos;
- Pasteles y galletas;
- Comida rápida;
- Sustitutos de crema.
Para evitarlo debemos optar por el consumo de productos naturales o leer las etiquetas de la comida empaquetada que compramos, así es posible tener menos contacto con estos alimentos y procuramos una buena salud y vida prolongada.
6. Revisa tu salud
El chequeo constante es necesario para conocer si existen riesgos a nuestra salud o si estamos tomando las medidas correspondientes para nuestro propio cuidado.
Una de las claves de una vida saludable es la detección temprana de algún problema, por eso nos corresponde a nosotros mismos conocernos y estar al pendiente.
¿Cómo debes revisar tu salud?
Si no tienes padecimientos crónicos, ni requieres tomar constantes medicamentos, solo debes estar atento a los cambios de tu cuerpo que no sean comunes.
Los malestares repentinos aparecen por diversos factores y es la manera en que el cuerpo se comunica con nosotros, por eso date el tiempo de conocerte y presta atención a las necesidades que presenta tu cuerpo.
Revisión médica
Es muy recomendable hacer revisiones periódicas con tu médico, pues los especialistas en la salud pueden detectar deficiencias del organismo o padecimientos específicos.
La automedicación es una práctica común, pero muy peligrosa, si tienes algún malestar o dolencia, consultar con un experto es la manera más efectiva de curarte y de evitar mayores daños a tu salud.
¿Cada cuánto tiempo debo acudir a una revisión médica?
Dependerá de la edad o condiciones de salud específicas, la frecuencia con la que se deben realizar los chequeos, por lo que aproximadamente un niño o adulto mayor debería acudir cada 6 meses para confirmar que no haya presencia de enfermedades o prevenir problemas mayores.
En el caso de los jóvenes y adultos, las revisiones pueden ser de 1 a 2 años, con el objetivo de monitorear el estado de salud.
7. Aliméntate sanamente
Finalmente llegamos al último hábito que debes considerar si pretendes sumarte a un plan de vida saludable.
La alimentación es la base del bienestar en la persona, pues de ella depende que nuestro cuerpo adquiera los nutrientes esenciales y necesarios para una vida sana y plena.
Quizá conoces algunos alimentos que su consumo es altamente recomendado o te guías por ingerir alimentos naturales, lo cual es positivo, pero ¿sabes realmente qué necesita tu organismo? Déjanos explicarte
Son sustancias que regulan el metabolismo, reparan y construyen estructuras orgánicas. El cuerpo requiere de 3 elementos para funcionar correctamente, los cuales se conocen como macronutrientes: proteínas, carbohidratos y grasas.
I. Proteínas
Son moléculas presentes en nuestras células, que regulan las funciones vitales del organismo y su estructura está formada principalmente por aminoácidos, que son los componentes químicos que nuestro cuerpo transforma en nutrientes.
Hay aminoácidos esenciales (aquellos que nuestro cuerpo no produce), y no esenciales (aquellos que el cuerpo produce).
Nuestro organismo requiere de los aminoácidos esenciales, que únicamente podemos obtener a través de los alimentos, por eso la alimentación es tan importante.
Existen proteínas de origen animal y vegetal. Las primeras contienen todos los aminoácidos esenciales, pero tienen más grasas saturadas, mientras que las proteínas vegetales son ricas en fibra y ayudan a mantener el colesterol y presión arterial bajo. Una dieta balanceada debe contener alimentos que aporten ambos tipos de proteína.
II. Grasas
Las grasas son fuentes de energía que se concentran para ayudar al organismo a absorber las vitaminas y cuidar de los tejidos del cuerpo. Existen 3 tipos de grasas:
- No saturadas: Estas son las que debemos consumir siempre y se encuentran principalmente en los aceites vegetales.
- Saturadas: Su consumo debe ser moderado y en menor cantidad que las no saturadas, aunque es inevitable pues estas están presenten en la carne, lácteos y productos de origen animal.
- Trans: Como hemos explicado, estas grasas deben ser evitadas, pues sus componentes son dañinos para la salud, se utilizan para la conservación de alimentos, por eso es importante revisar lo que contiene los productos que adquirimos.
III. Carbohidratos
Son la fuente principal de energía y es lo que el cuerpo utiliza para activarse y realizar todas sus actividades. Puede ser que hayas escuchado que no es bueno consumir carbohidratos, pero lo que tienes que saber es que hay distintos tipos.
- Fibra: Regulan el sistema digestivo y lo puedes obtener consumiendo avena, legumbres y cáscaras o piel de frutas y verduras.
- Almidón: Tiene vitaminas y minerales, aporta una sensación de saciedad, aunque es preferible un consumo menor de estos.
- Azúcar: Es la forma más simple de los carbohidratos y están presentes tanto en alimentos naturales como en muchas preparaciones.
Es necesario incluir carbohidratos en la dieta porque evita que las proteínas sean utilizadas para generar energía y así cumplan con su función primordial, nada más asegúrate que los carbohidratos que consumas sean en mayor medida fibra y en menor porción azúcar.
Una dieta balanceada debe contener alimentos que aporten los 3 macronutrientes, pues son elementos que el cuerpo necesita pero no produce.
La cantidad que corresponda se debe medir en función de los resultados que desees, pues no será la misma proporción en una dieta para bajar de peso, a una dieta para controlar enfermedades. Además influyen cuestiones de edad, peso, actividad física y deficiencias de salud.
Sabemos que una de las razones principales que afecta la correcta alimentación es la falta de tiempo, en especial por el trabajo, pero si quieres llevar una vida saludable, no dejes que este sea un pretexto, así que comienza ahora y aprovecha estas 6 ideas de lonches para el trabajo que te mantendrán en forma.
Finalmente, te recomendamos que consultes con un especialista cuál es el mejor plan alimenticio para ti.
Ahora dinos, ¿qué hábito incluirás en tu día para lograr una vida saludable? ¡Cuéntanos en los comentarios!
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